Todas esas palabras...

Todas esas palabras que nunca se dicen, que se quedan en la mente de uno, en los sueños o que simplemente se quedan en la garganta o en el corazón clavadas. ¿A dónde van todas esas palabras? Siempre me lo pregunté supongo que quedan ahí clavadas en nuestra alma, en nuestro cuerpo, en nuestro corazón, ahí en dónde nos acordamos de ellas tiempo más tarde y por las que nos preguntamos por qué nunca tuvimos esa suficiente valentía para decirlas, pero sobre todo en que habrían afectado y como habría hecho cambiar las cosas. Supongo que nunca descubriremos a donde se van todas esas palabras. Quizás se las lleve el viento o desaparezcan sin más.